La vida suele estar llena de altibajos, y existen momentos en los cuales nos enfrentamos a nuestro mayor miedo, a situaciones muy duras que dan un giro dramático a toda nuestra realidad.
Sin embargo, dentro nosotros podemos desarrollar la capacidad para poder hacer frente a estas situaciones adversas y eso es a lo que llamamos resiliencia.
Practicar la resiliencia significa aprender a superar las dificultades de la vida. Es como cuando llegas al punto en que puedes poner a prueba la magnitud de tus fortalezas para hacer frente a las adversidades que enfrentas.
De hecho, la resiliencia es una habilidad que se desarrolla con el tiempo y se fortalece a través de la práctica. Además, ser resiliente se convierte en una filosofía de vida, donde enfrentamos las dificultades con optimismo y creatividad sin necesidad de ignorarlos o evitarlos.
¿Cómo puedes practicar la resiliencia?
Practicar la resiliencia depende de varios factores, que, en gran medida, van aflorando mientras vas creciendo y madurando en medio de las situaciones difíciles. Aquí hay varias ideas para aprender a ser resiliente:
- Entender y aceptar los cambios: Los cambios nos acompañan toda la vida. Llegan sin avisar y esa es la razón por la que debemos aprender a convivir con ellos. Independientemente de lo que suceda, el adaptarte a los cambios te ayuda a crecer como persona y te enseña a ver las oportunidades que necesitas para impulsar tu crecimiento.
- Aprende a tener serenidad: Cuando surgen los conflictos mantener la mente calma es un gran paso crucial que te enseña a encontrar la tranquilidad en medio de una tormenta. Te permite observar todo el panorama para así tomar las decisiones correctas.
- Decide por ti mismo: Una persona resiliente tiene la capacidad de tomar decisiones que influyen sobre su vida en los momentos trascendentales. Puedes reponerte ante cualquier situación y salir adelante.
- Evita la comodidad: La comodidad es el obstáculo que aniquila cualquier potencial que pueda desarrollar una persona. La vida fácil crea personas débiles, mientras que las dificultades forjan personas valientes y optimistas que pueden ver más allá del problema.
- Toma acción: Quién espera que del cielo caigan los limones se está perdiendo de tomar muchas limonadas. Lánzate a trabajar por lo que quieres, sin miedo. Te vas a caer muchas veces, te equivocarás a montones, pero ¿sabes qué? De eso trata la vida, si quieres lograr algo, tienes que moverte.
¿Cuándo eres resiliente?
Cuando logras ver oportunidades dentro de la adversidad, entonces eres resiliente. Si no pones atención a las situaciones que te adversan en cambio te enfocas en buscar soluciones, sin quererlo, tu mentalidad evoluciona.
Esto es porque no te enfocas en dar vueltas y vueltas alrededor del problema, sino que empujas a tu mente a buscar una solución lo cual es extraordinario.
Al mismo tiempo, aprendes a vivir con las dificultades en vez de evadirlas. Le haces frente a cualquier imprevisto sin miedo a cometer errores.
La vida no se trata de desear y soñar como en un cuento de hadas, es un camino lleno de desafíos que nos ponen a prueba cada día.
Cuando entiendes esto, es porque sabes que lo inevitable existe y que lo imposible puede hacerse realidad.
¿Qué beneficio tiene practicar la resiliencia?
Además de aprender hacer frente a las dificultades, la resiliencia te puede beneficiar de muchas maneras, por ejemplo:
- Aprendes a tener más confianza en ti mismo.
- Descubres talentos ocultos los cuales ignoras que tienes.
- Entiendes que tienes la capacidad de romper tus propios limites e ir más allá de lo que has soñado hacer.
- Comprendes que la vida te golpea duro, pero lo hace para que te levantes. Para que aprendas por ti mismo a sobreponerte y seguir hacia delante.
- Aprendes a valorar todo lo que tienes, a ser agradecido.
- Ganas experiencia y sabes cómo hacer frente a los desafíos.
3 características de una persona resiliente
Una persona resiliente tiene 3 características fundamentales que lo distingue de todos los demás, estas son:
- Su presente no esta definido por su pasado.
Las personas se perciben a sí mismas en base a lo que han experimentado y vivido. Sin embargo, esto no significa que estas obligado a vivir según tu pasado, con quien fuiste ayer.
Una persona resiliente no pone toda su atención a sus carencias ni a sus errores. Se enfoca en mejorar cada día, en entenderse mejor a sí mismo y mantener fresco en su memoria las cosas que quiere lograr en la vida.
Existe una verdad y es que la mente es como un recipiente, te conviertes en lo que viertes en ella. Si sólo te enfocas en los errores del pasado y en lo que careces, en eso te convertirás.
Eres lo que piensas, por lo tanto, deja atrás todo pensamiento negativo y concéntrate en el presente, en lo que eres aquí y ahora, ese es el verdadero tú mismo.
- Se adapta a cualquier situación.
Cuando las cosas van mal, los resilientes siguen adelante. No se detienen ante ninguna adversidad. ¿Sabes por qué? Porque ir hacia delante es ser valiente, es ser inteligente y es ser fuerte.
Y la razón por la que una persona resiliente actúa así es porque sabe lo que quiere y va por ello. Tiene un por qué por el cual vivir. Y cuando tienes un por qué en la vida descubres cómo hacerlo para llegar hasta allí.
Trabaja en tus debilidades y en tus fortalezas, mejórate a ti mismo cada día y sé consciente de que los tropiezos van incluidos en el paquete, porque son el motor que te impulsa hacia delante.
- Tienen un profundo conocimiento sobre la vida.
Cada uno de nosotros tiene un patrón de emociones, de pensamientos y comportamientos que han sido forjados en nuestro entorno.
Cuando rompes esos patrones, todo tu alrededor cambia. Empiezas a percibir la vida de una manera diferente y eso es lo que hacen los resilientes.
Una persona resiliente entiende de qué trata la vida, no se deja controlar por lo que sucede en el exterior.
En conclusión
Practicar la resiliencia es un paso que te lleva a toda transformación. De tal modo que haces frente a las dificultades y a su vez, sigues adelante. Porque las adversidades hacen que te muevas, te impulsan a moverte.
Una persona resiliente va comprendiendo a través de los tropiezos, de qué trata la vida sin evadir los conflictos o huir de ellos. Porque tiene la capacidad de mantener el control de sí mismo ante cualquier eventualidad.